Capítulo 2: El Salto a Europa

De Chile a los Países Bajos: una historia de crecimiento profesional y personal

🟩 Capítulo 2: El salto a Europa

Antes de entrar en materia, quiero contarte algo personal. Desde hace años, tengo una rutina con mi hijo mayor: en vez de leerle cuentos clásicos, inventamos historias juntos antes de dormir. Nos gusta imaginar mundos donde él y su familia son superhéroes, y juntos nos enfrentamos a villanos con planes descabellados. Muchas veces, esos villanos son máquinas controladas por una inteligencia artificial, pero otras veces, esas mismas máquinas terminan ayudándonos a salvar el día.

Lo que más me gusta de este ritual es cómo, sin darnos cuenta, la tecnología se cuela en nuestra imaginación. Desde pequeños, los humanos soñamos con versiones distintas del mundo: a veces llenas de peligros, a veces llenas de oportunidades. Y aunque en nuestras historias las máquinas pueden ser enemigas, la mayoría de las veces terminan siendo aliadas. Supongo que, en el fondo, siempre he creído que la tecnología está para acompañarnos, no para reemplazarnos.

Por eso, cuando pienso en el futuro —y en todo lo que estamos construyendo— me acuerdo de esas noches de historias. Me recuerdan que la curiosidad, la creatividad y las ganas de explorar son lo que realmente nos hace avanzar.


Cruz Blanca / Bupa: el salto al mundo corporativo

Esta vez, entré a Cruz Blanca, la aseguradora médica más grande de Chile, luego adquirida por Bupa, un gigante inglés.

Trabajé como analista de tecnología. Mi jefe era muy estricto, técnico, brillante. Me enseñó cosas duras pero útiles:

  • Que una tarea es tuya, no del equipo.
  • Que nada está listo hasta que realmente está listo.

Fue difícil. Lloré. Muchas veces quise renunciar. Pero también aprendí a jugar el juego. Me curtí. Aprendí a coordinar proyectos, a entregar calidad.

Después de unos años, decidí buscar algo más. VTR siempre me había llamado la atención. Ya había postulado tres veces sin éxito. Lo intenté por cuarta vez.


Finalmente: VTR y el mundo de las telecomunicaciones

Esta vez, me llamaron. Me entrevistaron para un cargo que no esperaba: Ingeniero de Proyectos de TV.

Pasé varias entrevistas. No tenía mucha fe, pero esta vez fue diferente. Me seleccionaron.

Aquí sí que cambió todo. Era mi mundo: video, internet, redes. Me asignaron un proyecto nuevo: la implementación del primer servicio OTT de VTR.

Y no estaba solo: el equipo detrás era Liberty Global, una multinacional con presencia en varios países.

Yo no sabía mucho al principio, pero me encantó. Era desafiante, lleno de componentes nuevos, con equipos internacionales y estructuras grandes.

VTR Play

Aprender inglés “a la mala” y descubrir mi pasión

Mi inglés era pobre. Las reuniones eran con británicos y holandeses. A veces no entendía nada. Pero al estar del lado del “cliente”, podía pedir minutas, traducirlas, estudiarlas. Google Translate fue mi mejor amigo.

Con el tiempo, me gané mi lugar. Me dieron el proyecto completo: producto, redes, datacenter. Todo.

Y ahí descubrí algo: Me apasiona el project management.

Cuando sabes comunicarte, dividir tareas, visualizar el avance… todo fluye. Aprendí que los proyectos se bloquean por las pequeñas cosas. Por las tareas que nadie quiere tomar. Y yo estaba dispuesto a hacerlas.


Del OTT al set-top box: un salto al vacío… y un cambio de vida

Así fue como terminamos el proyecto OTT. Un gran desafío, pero no sería el último.

Liberty Global me ofreció algo inesperado: hacerme cargo del proyecto para lanzar el nuevo set-top box de última generación, llamado EOS.

Para asumir ese rol, renuncié a VTR y abrí mi propia empresa. Fue un cambio gigantesco. No entendía del todo el cargo, no conocía al equipo, todo era en inglés… pero decidí aceptar e ir con todo.

Y costó. Pero con el tiempo logré adaptarme, entender la dinámica y tomar el control. Pudimos lanzar el nuevo STB y también una nueva CDN para la distribución de contenido IP. En total, en aproximadamente tres años, tuve el privilegio de liderar el lanzamiento de dos productos emblemáticos de VTR, además de su primera red CDN propia.

El sueldo en esa etapa fue una locura. Me cambió la vida. Durante esos dos años, mis sueños crecieron. Recordé cómo, en otras etapas, algunos proveedores me decían que me cambiaba de trabajo porque “los cargos me quedaban chicos”. En ese momento lo entendí. Quizás tenían razón. Y quizás la vida sí tenía algo distinto preparado para mí.

Horizon 4

Un salto a Europa… con miedo, un hijo en brazos y el corazón dividido

Como todo en la vida, los contratos se terminan. Y cuando el de Liberty Global terminó, tuve que decidir:

¿Quedarme en Chile sin nada seguro o irme a Holanda, donde tenía una nueva oferta?

Mi primer hijo acababa de nacer. Nunca sentí tanto amor ni tanto miedo.

A los 33 años entendí que hay dos vidas: Una sin hijos y otra con hijos. Todo cambia. Para mejor.


Empezar desde cero, otra vez

Venirnos significó comenzar de cero. Buscar casa en un país donde no se habla español, y donde el idioma oficial ni siquiera es inglés: es Dutch.

Por suerte, en Holanda hasta los niños del supermercado hablan mejor inglés que yo.

Mi esposa, una valiente, lo dejó todo. Encontramos una casa en un barrio precioso, cerca del trabajo y de Ámsterdam. (Y sí, en cinco años aquí, aún no he encontrado un barrio feo en Holanda).

Desde el primer minuto extrañé a los míos. A mi mamá. A mi abuelo. A mis amigos. Siempre pensé que volveríamos en uno o dos años…

Y aquí estoy. Cinco años después.

Amsterdam

💡 Reflexión del Capítulo 2

“Los saltos más grandes requieren fe ciega. Cruz Blanca me enseñó disciplina, VTR me conectó con el mundo, y Holanda me enseñó que el hogar no es un lugar, sino las personas que llevas en el corazón.”


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